Comunicación

¿Servirá de ejemplo el control chino sobre el contenido difundido por redes sociales?

En China, desde octubre de 2025 usted debe acreditarse si quiere emitir opiniones sobre temas profesionales en portales de redes sociales.

La medida establece que las plataformas deben exigir credenciales a los “comunicadores” que soliciten nuevas cuentas y otorga dos meses de plazo para aquellos que ya contaban con canales y producen contenidos sobre estos temas.

Una avalancha de desinformación, publicidad encubierta e intrusismo afecta a la sociedad china con el surgimiento de las redes sociales, lo que obligó al parlamento a legislar sobre esta materia, presentando esta nueva normativa para la difusión de contenido.

Hay opinadores de todo tipo

La comunidad mundial ha recibido la propuesta con opiniones divididas; unos la rechazan al considerar que es una afrenta contra la libertad de expresión y opinión de los ciudadanos, propia de los regímenes de fuerza.

Otros ven la norma como una forma de defensa ante la arremetida de información falsa y decadente que circula por las redes sociales.

Siguiendo esta misma línea, pero advirtiendo cierto desenfreno en sus agremiados, la Federación Médica Venezolana emitió recientemente una declaración en la que califican contrario a sus principios la promoción y el mercadeo de servicios médicos.

La FMV está preocupada por actos que apelan al espectáculo y la mercantilización de la atención sanitaria.

La FMV prohíbe a los galenos hacer publicidad de productos y generar falsas expectativas en los pacientes sobre la sanación de enfermedades, so pena de incurrir en faltas que serían analizadas por el comité de ética.

Esta medida pretende evitar que sus agremiados formen parte del mercadeo “salvaje” de productos, tratamientos y fórmulas milagrosas de salud. Dejando claro que esta práctica está alejada del comportamiento de un profesional de la medicina.

Indican en sus comunicados sentirse preocupados por “la proliferación” de promociones “donde se ofertan servicios médicos mediante rifas, bailes (espectáculos con mujeres embarazadas), combos y otras formas de publicidad que apelan al espectáculo y la mercantilización de la atención sanitaria”, en especial en los contenidos difundidos por redes sociales.

Pero hay opinadores de todo tipo: economía, política, sanación, salud, belleza, alimentación, espiritualidad, entrenamiento físico, turismo, estilo de vida, gastronomía, mercadeo, negocios, éxito personal, solo por nombrar algunos de los nichos de contenido que afectan el comportamiento y hasta la vida de los ciudadanos.

¿Quién debe reaccionar para controlar esto que, según cómo va la experiencia, en nada ayuda a conformar una mejor sociedad? ¿Los ciudadanos?, ¿los gremios profesionales de cada ámbito de contenido? o ¿los legisladores? 

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