Cómo la delación del superespía, Musa Kusa, terminó por llevar a la cárcel a Nicolas Sarkozy.
La justicia francesa determinó que 5 años de prisión serían suficiente castigo para el expresidente por haber recibido financiamiento ilegal libio para su campaña presidencial en el año 2007. Esta decisión lo convierte en el primer exmandatario galo en ir a la cárcel.
Como si la política francesa no tuviera ya suficientes condimentos, esta decisión salpica aún más el conmocionado clima de opinión que vive la población.

En marzo y abril de 2012 se publicaron de forma separada reportajes firmados por los periodistas Fabrice Arfi y Karl Laske, ambos basados en un informe que relataba en detalle el “aporte” del gobierno libio a la campaña de Sarkozy.
En el informe venía firmado por Musa Kusa, quien estuvo 15 años al frente de los servicios de inteligencia de Gadafi.
Se habla de 50 millones manejados a discreción por Sarkozy a cambio de mil millonarios contratos de servicios e intercambios firmados de forma privilegiada con el gobierno de Gadafi. Pero, conociendo el potencial económico de la Libia administrada por Gadafi, esta cifra es irrisoria.
Para la época, la Unión Europea y los EEUU habían sacado del aislamiento internacional al gobierno de Gadafi. Los primeros ministros Tony Blair (RU), Silvio Berlusconi (Ita) y el presidente Nicolás Sarkozy (Fra) lo visitaron en su exótica tienda de campaña. Condoleezza Rice también se sentó en los mismos cojines y la Secretaria de Estado, Hillary Clinton (EEUU), recibió con honores al hijo de Gadafi en Washington.

Se dice que Gadafi, con su particular cambio de humor, había decidido mover miles de millones de euros depositados en bancos europeos hacia China. Y, además, explorar nuevos negocios con Asia, dejando atrás a sus nuevos aliados.
La publicación de los correos electrónicos de Hillary Clinton, siendo secretaria de Estado, reveló que la motivación para enemistarse con Gadafi fue “para evitar la creación de una moneda fuerte independiente en África que liberaría al continente de su esclavitud económica bajo el dólar, el FMI y el franco africano francés”, según lo comenta la analista norteamericana Ellen Brown.
La historia es conocida: Gadafi derrocado. Libia, 13 años después, no ha superado el “gobierno de transición” y continúa en una intensa guerra civil que ha desmembrado su carácter de nación y su identidad cultural.
Musa Kusa terminó por desertar y convertirse en “testigo estrella” para documentar el expediente del líder libio y de todos sus excompañeros.

A cambio recibiría inmunidad de posibles delitos y el levantamiento de sanciones económicas personales impuestas por los EEUU que se traducen en acceso total a sus cuentas bancarias en Europa y los Estados Unidos. Se exilió en el Reino Unido y luego se mudó a Catar, donde vive en la actualidad.
Lo que no se sabe (o por lo menos no se comenta) es a quién molestó Sarkozy para que esta factura se la hicieran llegar a domicilio.

