¡Acabemos con la Reserva Federal!
Eso dijo recientemente el magnate (devenido a burócrata) Elon Musk al referirse a una de las instituciones centrales del poderío económico norteamericano.
Si bien Musk apuntaba a la ineficiencia de la Reserva Federal, al afirmar que tenía 20.000 funcionarios y que, a su parecer hacían poco o nada, la frase asoma la posibilidad de aniquilar ese sistema de intermediación, reviviendo al patrón oro.
Muchos economistas han planteado la eliminación de los Bancos Centrales en las naciones, como una medida necesaria para sanear las cuentas públicas.
El patrón oro fue el sistema que soportaba la emisión de moneda y el valor de las mismas. Cada nación y su banco central, solo podían emitir dinero (billetes, monedas) por el valor respaldado en reservas de oro, legalmente verificadas y en bóvedas especialmente diseñadas para su resguardo.

En 1971 los EEUU dejaron de convertir el dólar en oro y aseguraron su moneda a un nuevo acuerdo, que establecía su valor dependiendo de factores económicos, entre ellos acciones y funcionamiento de la bolsa de valores. Este “nuevo” dólar basa su valor en la “confianza”.
Las malas prácticas llevan a los Bancos Centrales a emitir dinero según el tamaño de la necesidad, lo cual afecta directamente la “confianza” depositada en el valor de la moneda. Es como tener una tarjeta con saldo infinito.

Los países siguen manteniendo sus reservas en divisas o lingotes de oro. Los EEUU es la nación con mayor cantidad de reservas internacionales expresadas en oro. Para 2024 se contabilizaron en sus arcas más de 8.130 toneladas, seguido de Alemania que posee alrededor de 3.300 toneladas.
Como dato curioso desde 2006, EEUU, no compra este metal precioso, pero, Rusia, China y Turquía son los países que más han comprado oro, aumentando así sus reservas.
Este comportamiento se atribuye a la inestabilidad que ha hecho que los economistas desconfíen del sistema monetario y vean en el oro una posibilidad de preservar el valor de su riqueza, la cual no está a salvo bajo ninguna denominación monetaria y menos con la política de sanciones que impera en la actualidad. También hay que tomar en cuenta que la economía de estos últimos países les ha permitido invertir su excedente en oro, mientras que las finanzas norteamericanas, no han sido positivas en los últimos años.

Otros analistas aseguran que volver al patrón oro no está en los planes, sino, crear un nuevo modelo de referencia y fiduciario, basado en Blockchain y las criptomonedas, cuyo intercambio, no necesariamente está ligado a la fiscalización de la Reserva Federal. Es decir, sacar del juego a los Bancos Centrales y acabar con el negocio de la intermediación.
¿Vamos a un modelo de deconstrucción social en el que el Estado perderá su fuerza para entregarla a las élites económicas en detrimento de las élites políticas?
¿Nos irá mejor con este modelo?