George Harris: ¿Víctima o Victimario?

Lo de Harris es historia, ya el comediante forma parte de la lista de artistas y, esencialmente, humoristas que han salido abucheados por el llamado “monstruo” de la Quinta Vergara.

Histeria y solidaridades automáticas saltaron hasta las redes sociales. Lamentable la escena de la rueda de prensa improvisada, o por lo menos descontrolada, de los organizadores del evento, explicando entre risas, la causa (para ellos) del fracaso de la presentación de humorista venezolano.

Allí afirmaron, entre otras cosas, que el venezolano se descontroló y perdió el escenario. Alex Hernández, director del festival de Viña del Mar fue más explícito e indicó en declaraciones recogidas por el portal Pudahuel, que el comediante se “enganchó” con el público y no siguió su rutina, que, según su criterio, era buena y graciosa.

Hernández fue más allá al afirmar que, en principio, el alboroto en la Quinta Vergara era producto de un altercado en las gradas que nada tenía que ver con el espectáculo, y que había un pequeño grupo de chilenos que estaba gritándole cosas a los venezolanos y eso marcó el comportamiento del público. Para el directivo, esto último, fue una cuestión planificada y con origen xenofóbico.

Lo que si es cierto, confirmado en todas las versiones de medios e incluso por el mismo George Harris en la rueda de prensa previa a su presentación, (https://www.youtube.com/watch?v=dcmXtrRbqBs) es que los días previos al debut, se creó un ambiente negativo en redes sociales por su participación.

Unos simplemente no estaban de acuerdo, otros justificaron su rechazo por comentarios vertidos en redes sociales sobre Salvador Allende y la opinión expresada en una de sus rutinas sobre el presidente Gabriel Boric, ambos (Allende y Boric) fueron objetos de burla o ironía por parte del humorista.

Estos comentarios, fueron tema central en programas de espectáculo de la televisión chilena, en los cuales se motivaba a la audiencia a participar en redes sociales de la polémica. En este ambiente enrarecido se aproximó la fecha de la presentación del artista.

En la rueda de prensa previa a su presentación en la Quinta Vergara el artista es consultado respecto a estas opiniones, en su defensa alega que, por “…venir de Venezuela, un país con 8 millones de migrantes, que huyen de un gobierno, de una situación política, desde hace 25 años, entonces a nosotros, los venezolanos, todo lo que nos suene de un lado, de una tendencia, nosotros sin juzgar, a veces sin saber, simplemente decimos: no nos gusta, porque venimos de allí.”

Esto para justificar, con ignorancia, sus comentarios sobre Allende y Boric, tanto así, que George Harris remata diciendo: “entiendo que el comentario (y la rutina) lastimó a una parte de la sociedad chilena, pero también quiero que nos entiendan a nosotros. Y por eso pedí disculpas en su momento”.

George Harris tuvo que explicar sus comentarios y solicitó comprensión. Si eso ocurre, los principios de la comunicación efectiva indican que algo se hizo mal al estructurar el mensaje. A menos que tengas una intención velada de ofender que, en principio, se descarta.

Los comentarios de George Harris sobre Allende, Boric y la situación política de Venezuela (dichos hoy o ayer) seguramente seguirán ofendiendo a una parte de los chilenos o venezolanos y, a su vez, complace (y hasta puede hacer reir) a la otra mitad de la audiencia. Pero, hacer humor de la política y de los políticos es una cosa. Y otra cosa es hacer reír a un público utilizando la burla u ofensa al otro, más si ese otro (o ese grupo) es un adversario: político, deportivo, sentimental, económico, en fin, de cualquier índole.

A pesar que el artista, en la entrevista previa a su presentación, remató con una contundente declaración de aceptación (de culpa) y de exaltación del sentimiento de la hermandad suramericana o latina, las cosas no salieron como se esperaba. Como un presagio de su noche, Harris pidió a la audiencia, no dejarse manipular, porque “en la división solo ganan los malos”. Horas más tarde reconocería el triunfo de estos últimos antes de bajar del escenario.

Según el portal NTN24 George Harris fue recibido con una gran ovación, sin embargo, luego de unos minutos, el público cambió para siempre. La tensión se apoderó del show y fue un contrapunteo de desplantes entre el público y el artista, quien, obviamente será el más juzgado: invitó a marcharse del sitio, a callarse la boca y a masturbarse a quienes lo abucheaban. Dos veces abandonó el escenario, la tercera, y definitiva, la aprovechó para despedirse de sus compatriotas y del publico chileno.

La rueda de prensa previa a la presentación, fue reveladora en muchos aspectos, no solo desde la incomodidad de lo político, sino de lo estratégico y táctico del éxito del show. Se advirtió de cambios en su rutina, para hacer el show más universal y evitar los localismos venezolanos, que poco entendería el público chileno. También se percibió cierta incomodidad del artista de presentarse luego de Marc Anthony y no antes, ya que recibiría un escenario “caliente” en términos artísticos y quizás poco dispuesto a la comedia.

La noche deja un mal sabor para los venezolanos, quienes hemos sido víctimas de innumerables eventos xenofóbicos en el país austral. Golpes, vejámenes y muerte han encontrado nuestros compatriotas en Chile y en otros países. Pero, volviendo al show, existe una leyenda según la cual, la organización siempre escoge a un artista para ser “devorado por el monstruo”, entonces, de ser esto cierto: ¿Influiría la nacionalidad de George Harris para ser seleccionado este año?,¿Fueron sus declaraciones y rutinas referidas a Salvador Allende y el presidente Boric las que sellaron sus suerte?,¿No escucharon los chilenos el acto de arrepentimiento y la solicitud de disculpas de parte del artista?, ¿Fue realmente mala para los chilenos su rutina?, ¿Estuvo mal contestar y enfrentarse al público?, ¿Fue un acto de soberbia y descontrol?,

Las cosas salieron como salieron. Encontrar motivos de los abucheos, de los aplausos o de las respuestas de El George, queda para el cotilleo. Se habla de xenofobia, de conspiración de los organizadores e incluso de arrogancia de parte del artista. Ya vendrán las declaraciones, el cierre de filas, el control de daños. Que cada quien escoja su bando y emita su voto. Al parecer ver, escuchar y no juzgar no aplica en esta contienda.

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