Será en abril cuando los venezolanos volvamos a ejercer el derecho al voto, consagrado en la constitución, como forma de ejercer nuestra ciudadanía, soberanía y participación en las decisiones del poder público y político.
Estas elecciones son de un alto valor estratégico en el entramado político de cualquier país, se elegirán a las autoridades regionales (gobernadores de estados) y los representantes del poder legislativo nacional.
En el caso particular de Venezuela la Asamblea Nacional, es uno de los 5 poderes que conforman nuestro sistema, a saber, ejecutivo, legislativo, judicial, electoral y moral. Sin embargo, este poder (el legislativo) se encarga de coordinar el proceso y elegir, en definitiva, a los representantes de los poderes judicial, electoral y moral. De allí su valor específico en la política nacional.
Los venezolanos elegimos en primer grado a los poderes ejecutivo y legislativo y en segundo grado a los poderes judicial, electoral y moral.
La relevancia de esta jornada pasa por debajo de la mesa por dos eventos encadenados: los hechos devenidos por las decisiones tomadas por la dirigencia opositora luego de la elección presidencial del 28 de julio y el impacto de la investigación del financiamiento de la USAID a sectores de la oposición venezolana.
Estos eventos han mermado la aceptación de los ciudadanos sobre este liderazgo. En una medición hecha pública recientemente (Monitor País) la dirigente María Corina Machado contaba con un 15 % de aceptación y 80 % de rechazo del electorado, siendo el líder opositor mejor colocado.
Hoy el debate opositor deshoja la margarita entre participar o no participar. Mientras el gobierno (y otros partidos de oposición) engrasa su maquinaria y alista sus candidatos, para cerrar con broche de oro un año electoral trascendental para sus aspiraciones de conservar el poder.
Los escenarios planteados podrían ser los siguientes:
Si usted cree que en las últimas elecciones hubo un ataque al CNE durante el conteo de votos, entonces se pregunta:
O
Si usted cree que el ataque al CNE durante el conteo de votos, fue un montaje, entonces se pregunta:
También se puede dar el caso de que usted crea que el resultado electoral fue manipulado, pero, vistos los últimos acontecimientos, confía que fue lo mejor que pudo pasar. Pero ese es otro tema de un largo debate.