Caso Errejón: Suspendido más no archivado.
Sorpresa y mucho escepticismo generó la decisión que el juez Adolfo Carretero, tomó, esta semana, en torno al polémico caso de Íñigo Errejón ex vocero de Sumar, partido español que forma parte de la alianza que le dio la jefatura de gobierno a Pedro Sánchez.
Errejón fue acusado por la actriz Elisa Mouliáa, de una supuesta agresión sexual, cometida en septiembre de 2021, cuando el político según, declaraciones de la demandante, “cerró la puerta de la habitación en la que estaban, se sacó el pene delante de ella y la tocó sin su consentimiento”.
Esta es la segunda vez que se suspende la declaración de la actriz. La abogada de la parte acusadora presentó una baja por maternidad. La actriz, por su parte, manifestó su deseo de estar acompañada de su defensora, por lo que el juez, según establecen las leyes españolas, suspende el juicio, hasta tanto no se reciba el alta médica.
Unas versiones afirman que el equipo acusador coordina denuncias de otras 15 mujeres contra Errejón, y que, con esta suspensión, busca el tiempo suficiente para organizar el caso. Otras fuentes aseguran que ambas partes se encuentran en medio de intensas negociaciones. La parte acusadora esperaba una “avalancha” de denuncias contra el político, cosa que no ha ocurrido, al menos formalmente.
Declaraciones extraoficiales y anónimas dan cuenta de la actitud irrespetuosa de Errejón, sin embargo, formalmente, solo una nueva demanda se ha establecido. Esta vez de parte de una presentadora de televisión y ex participante del programa el Gran Hermano quien, supuestamente, en 2015, asistió, como periodista, a un evento político en la Universidad Complutense de Madrid, donde se encontraba Íñigo Errejón.
Al finaliza el evento, según Aída Nízar, Errejón la califico como de “ideas retrógradas” y entonces prácticamente se abalanzó sobre ella y la sujetó fuertemente. El diario La Nación (España) recoge su versión e indica que: “…aseguró ante los efectivos que ella sintió “claramente que tenía una erección”. Asimismo, la besó en su mejilla derecha, le dejó “restos de saliva” y le pidió su número de celular. Según la mujer, ella se lo sacó de encima de inmediato y entonces él reaccionó: “Se volvió a acercar y me dio un fuerte azote en las nalgas”. Y ahí le habría dicho: “A ver cuánto vas a seguir trabajando en Cataluña”.
Aísa Nízar asegura que el político cumplió su palabra, ya que no pudo ejercer nuevamente su profesión en Cataluña. “Este político de reconocidísimo prestigio me está acosando, me tocó el culo en un acto público y todos lo vieron, pero nadie hizo nada’”, recordó y siguió: “No lo entendí en su momento como una amenaza grave, como una intimidación, o como maltrato o acoso. Tuve la fortuna de ser contratada rápidamente en otra importante cadena y dejé pasar lo sucedido…”
Pongamos un poco la situación en contexto: España vive en una sociedad con un marcado machismo con tendencia a la misoginia. Esto si hacemos caso a lo expuesto por el portal Crónica Libre, según el cual ante la pregunta ¿Es España un país violento con las mujeres?, responde: “Prima facie, sí, y los datos del Gobierno lo confirman: “una de cada dos mujeres ha sufrido algún tipo de violencia machista en España”. Violencia perpetrada por hombres, que en la mayor parte de los casos son de su entorno, sobre todo cuando nos referimos a la violencia física y sexual, las más visibles…” Este problema es tan visible, que desde el gobierno español se financian campañas publicitarias para difundir valores centrados en la igualdad de género, ya que, este asunto es considerado un problema social.
Ïñigo Errejón, fungía como vocero del grupo de izquierda Sumar, además de ser miembro del parlamento español. Es decir, un político joven, de izquierda y protagonista de la alianza que llevó a Pedro Sánchez a su tercer período de gobierno. Todo lo anterior hace a, este escándalo, muy atractivo para los medios de comunicación y para el “cotilleo” propio de la política española.
Hoy todas las posibilidades están abiertas; que el caso continúe su curso y se haga justicia. Si esta le sonríe a Errejón habrá podido comprobar la falsedad de las denuncias, o, (lo que es lo mismo) que el caso se desestime por falta de pruebas.
También existe la posibilidad de encontrar culpable a Errejón de los delitos e imponerle una pena, lo cual constituiría un precedente importante para la igualdad de género en el país ibérico.
Desde la perspectiva conspirativa existe la creencia que, si el sistema encuentra culpable a Errejón, es que consideran que funciona como “chivo expiatorio” y que su condena, en vez de castigar a la clase política abusiva, libera a buena parte de sus integrantes.
Otra vía para alcanzar el castigo de Errejón se concentra en la denuncia masiva de otras víctimas, con la intención de frenar cualquier intención de obstrucción o amañamiento de la justica.
La tercera opción, y que dejaría un mal sabor a todos, es la posibilidad de un acuerdo entre las partes, que dejaría al juicio y las denuncias sin efecto. El caso está, de momento, suspendido. Las organizaciones de derechos humanos y defensores de la igualdad de género e inclusión están atentas a su desarrollo.