Trump: con súper poderes.
Donad Trump gana las elecciones presidenciales en los estados unidos con una ventaja impensable de 301 representantes contra 226 logrados por Kamala Harris, necesitaba 270 para alzarse con la Casa Blanca.
Pero además la victoria le otorga a su partido el control de la cámara de representantes y el senado, por lo que los demócratas tendrían pocas posibilidades de veto a la gestión de Trump.
Ganó en todos los estados clave para el triunfo, incluso aquellos pro demócratas. La elección se constituye en un modelo para el análisis del comportamiento electoral. La respuesta de los ciudadanos, expresada en el voto, aún no ha sido digerida por los analistas, quienes no procesan los hechos, y no salen de su asombro.
¿Qué fue lo que pasó? Es la pregunta que incluso se hacen los republicanos. ¿Es sorpresa que Trump ganara? Pues no, la sorpresa es la forma en la que lo hizo. Ninguna encuestadora, pronosticador o analista asomaba un resultada tan abrumador para cualquiera de las partes.
Recordemos que Trump viene de ser declarado culpable de 34 cargos federales, y espera sentencia para finales de este mes. ¿Cómo será esa sentencia? ¿Cuál será la pena impuesta al nuevo presidente de los EEUU? Recordemos que este juicio demostró pagos de los bolsillos de Trump para comprar el silencio de una actriz porno en un caso que manchaba la “reputación” del magnate.
Además, el fiscal especial Jack Smith, de Miami, le sigue dando curso a unas investigaciones que podrían llevar al nuevo presidente a juicio, sin embargo, lo más seguro es que, una vez asuma formalmente la presidencia, destituya al fiscal que sigue la causa y logre que la investigación se desestime. La legislación norteamericana le da ese poder al presidente y Trump, prácticamente, ofreció el despido del fiscal como compromiso de campaña.
Cual fue el lastre demócrata; ¿Biden? ¿Kamala?, ¿Este hecho acabaría con la hegemonía Obama, Clinton de los demócratas?
Analizar este suceso con las herramientas que hoy disponemos no dará buenos resultados. Allan Lichtman lo vivió en carne propia. El historiador norteamericano había logrado predecir el resultado electoral desde el triunfo de Reagan en el año 1984, dando respuesta a 13 preguntas de un cuestionario que perfilaba la intención de voto de los ciudadanos. Ya la sociedad no responde igual a los mismos eventos, es decir, no valora de igual manera los sucesos que concluyen en la opinión y en la acción política.
La decadencia de ambos partidos mayoritarios en los EEUU se puso de manifiesto en estas elecciones. Pero, los republicanos, en aras de preservar o alcanzar el poder, permitieron a un outsider como Trump, tomar el control del partido y a ellos les toca asumir, los daños colaterales que ello implica.
Mientras que, el establishment demócrata, creyó que las fuerzas culturales norteamericanas aun beben de la misma salvia del siglo pasado. Nunca antes habíamos tenido tanta certeza de un quiebre socio histórico de improbable desenlace.
El empresario devenido en político, va en contra de buena parte de lo que hoy se establece como “políticamente correcto” y su visión, tanto interna como externa del ejercicio de la economía y la política representan un reto para la diplomacia y la vida doméstica de los Estados Unidos.
Turmp ya logró vencer al establishment Republicano y, hace unos días, al Demócrata. En su discurso asume de intención renovar el esquema económico y político mundial, lo cual lo hará enfrentarse a otra «casta»: la industria cultural y el aparto industrial-militar que ostenta el poderío mundial.
Su alianza con Elon Musk deja trazas de sus intenciones, esto si nos fiamos del resultado de las elecciones que le dieron la victoria, entonces veremos que, el control mediático virtual se impuso a la industria cultural, esto basado en el fracaso del apoyo abrumador a Kamala Harris de las vedetes (influencers) mediáticas vinculadas a Hollywood.
Musk también representa, de alguna forma, el futuro. Y ¿ese futuro estará centrado o mediado por las monedas virtuales? Los especuladores financieros creen que sí, esto si leemos la subida de todo el esquema económico virtual que llevó al Bitcoin a los 77.000 usd por unidad luego de las elecciones, esto se entiende como un presagio de esta postura y de la tensión que existe entre Trump y la Reserva Federal Norteamericana, es decir, con la intermediación bancaria mundial.
China, Rusia y Corea del Norte son las interrogantes. La Comunidad Económica Europea ya está incómoda. Bruselas sabe la posición de Trump respecto al papel de los EEUU en los conflictos en la zona y, por encima de todo, les preocupa que Trump “espere mucho más de ellos”, por el apoyo que EEUU brinda desde los ámbitos políticos, estratégico y militar.
Otro frente abierto es con Sur América, allí son hay tres variables: sus intereses (y buenas relaciones con Brasil), sus intereses (y limitadas relaciones con Colombia) y el fracaso (innegable) de todo su primer período en la Casa Blanca debido a la política tomada con Venezuela. Aunque a nivel discursivo el magnate “escurre el bulto” y atribuye este fracaso a Biden, los analistas concluyen que no va a abordar el tema con la misma retórica. ¿Cuál será este giro?