Pensamiento

¿Seremos dominados por la inteligencia artificial?

La inteligencia artificial (AI) por sus siglas en inglés, se ha convertido en objeto de debate transversal de la sociedad.

Y decimos transversal porque se discute de ella en bares, cantinas, esquinas y plazas, pero también, en universidades, foros económicos, tecnológicos, intelectuales y es origen del pensar de los filósofos contemporáneos.

La petición de una organización independiente publicada en marzo de este año, en la que se solicita una pausa a los desarrolladores de la inteligencia artificial, para evaluar sus consecuencias a corto y mediano plazo en la humanidad, ha despertado toda una polémica, que incluso hoy prosigue. No por el contenido de la carta, sino por los que manifestaron su adhesión a la propuesta.

El cotilleo

ChatGpt, como lo define Wikipedia, es un prototipo con el cual cualquiera de nosotros puede interactuar (dialogar) con la “inteligencia artificial”, es decir, podemos formular preguntas y repreguntas al algoritmo (programa informático presentado por OpenIA en noviembre de 2022), y este será capaz de responder a nuestras inquietudes, tal cual como si fuera nuestro mejor consejero.

Las distintas aplicaciones que hoy se ofertan en la red, incluso de forma gratuita, han generado un debate respecto al rol del ser humano en el futuro de la humanidad y, por supuesto, viene a agregar una nueva duda razonable a los ya desorientados adolescentes que entran con más ceguera, que generaciones previas, al mundo de la adultez.

Hoy usted puede indicar una serie de datos a un portal de interacción de IA y este le puede diseñar, una web, un logo, una casa, darle un diagnóstico médico. consejos para invertir en la bolsa y descubrir opciones de negocio.

Ya existen ejemplos de personas que le indicaron al portal, cantidad de dinero para invertir, características del negocio que les gustaría manejar, datos primarios del mercado y, como respuesta, obtuvieron un plan de inversión hoy exitoso en el mundo real.

Entonces, si esto es apenas el comienzo, ¿Cuál debe ser el camino para un joven que hoy se plantea mostrar éxito en el futuro? Y siendo más específicos: ¿En qué consistirá el éxito en las próximas décadas? Y ¿Cuál será la noción de futuro?

Otra duda que va más allá del quince y último supone la siguiente proyección lógica: Si no habrá trabajo porque las máquinas nos van a sustituir, y las máquinas no cobran. Entonces, ¿Cómo la sociedad generará el dinero para comprar lo que se requiere para satisfacer las necesidades básicas? ¿En qué se debe trabajar?

Ahora lo más temido

Si bien hay personas que hoy temen porque sus habilidades sean reemplazadas por las máquinas y pasen a ser analfabetos sociales, tecnológicos y digitales en los próximos años, lo que más preocupa a los filósofos es la posibilidad de la inteligencia artificial de “pensar”. De sustituir al hombre en las construcciones lógicas y simbólicas que mantienen el entramado social.

Para que sea posible una inteligencia artificial debe existir (y existe) una red neuronal artificial. Esto es posible, gracias a algoritmos diseñados para generar respuestas “inteligentes” simulando la capacidad asociativa, comparativa, deductiva e inductiva del nuestro cerebro, pero elevado a la velocidad y cantidad de datos que los procesadores de hoy pueden ofrecer.

Ahora bien ¿podrán los ordenadores distinguir giros en el lenguaje, ironías y sarcasmos? ¿Serán utilizados para resolver asuntos morales y éticos concernientes a lo “humano”? ¿Habrá ética y moral en el futuro?

Son ya “virales” las noticias sobre imágenes (y videos) generadas por IA, en las que quien habla (o vemos), no sea el humano representado en la imagen, lo que vemos es la creación de un algoritmo diseñado y nutrido por una inmensa base de datos.

Aquí nace un miedo profundo fundado en la posibilidad de que la IA imite la conciencia humana y sea capaz de apropiarse de su cultura.

La carta en cuestión

En marzo de este año un numeroso grupo de investigadores y desarrolladores informáticos suscribieron un documento, impulsado por Future of Life Institute, (organización sin fines de lucro creada para vigilar la forma en la que se desarrolla la tecnología), en el que se solicita una parada o pausa para el desarrollo de las tecnologías asociadas a la inteligencia artificial. Esta “parada o pausa” estaría orientada a evaluar en profundidad el alcance de su aplicación y las consecuencias en las formas de organización social.

Muchos creen que no existen suficientes métodos de control sobre estas tecnologías y que su desarrollo pueda representar un grave riesgo para la humanidad.

Esto ha generado la suspicacia de filósofos que encuentran contradictorio que los promotores del asunto estén pidiendo “tiempo”, para evaluar su aplicación. Entre los firmantes del documento se encuentra Elonk Musk, Steve Wozniak (co fundador de Apple) Jaan Tallin (Skkype), además de ingenieros asociados a Meta o Microsoft, entre otros. Todos ellos han trabajado o han hecho grandes inversiones para desarrollar el sector. Entonces, resulta irónico a los intelectuales, que quienes invierten en el desarrollo de esta tecnología, se unan a la petición de “pausa” para revisar y regular su aplicación. Algo huele mal en Dinamarca.

El miedo es libre, dice el refranero popular, pero que las máquinas o robots sustituyan al hombre, viene sucediendo desde hace mucho tiempo, y es un asunto al que nos hemos venido acostumbrando.  Incluso se manifiesta en la preeminencia, en esta época, del sector terciario (servicio) sobre el primario (industrial) como fuente generadora de empleo en el mundo.

Pero que una respuesta generada por un algoritmo sustituya el criterio humano da escalofrió.

Que un ser humano diseñe un modelo matemático, y lo exprese como valores representados en una pantalla de súper resolución, creando imágenes fantásticas, es una cosa. Y que un algoritmo sea capaz de «presentarnos o crear» una obra o composición artística, bien sea en forma de colores, música, imágenes, eso es un asunto distinto.

Una cosa es que uno le consulte al chatbot sobre el resultado de un partido, o le pidamos su opinión sobre una dirección o una película y otra es que le consultemos respecto a lo que deberíamos hacer con los migrantes masivos, con sus hijos, o qué respuesta debemos dar ante el aborto y las preferencias sexuales.

Si te interesa el tema y te agrada la discusión filosófica te dejamos dos enlaces: el primero los llevará a un enlace con el portal vozpopuli, donde el filósofo, Slavoj Zizek, da una respuesta crítica a la famosa carta firmada por Elon Musk, entre otros.

El otro enlace nos llevará al canal de YouTube de Fernando Castro Flórez (filósofo, esteta y crítico de arte español) quien conversa sobre esta respuesta de Zizek y nos la comenta, haciendo más fácil su comprensión.

  1. https://www.vozpopuli.com/altavoz/cultura/zizek-desierto-poshumanidad.html
  2. https://www.youtube.com/watch?v=5fdOoMBRV4o