Sueño o pesadilla: El super tridente ofensivo del PSG
La derrota del PSG ante el Manchester City (2-1) en el último encuentro protagonizado por estos equipos como parte del calendario de la Champions League, abre las compuertas de las críticas del mundo entero.
Y claro, nadie espera que un equipo que tenga en su delantera a Mbappé, Lionel Messi y Neymar Jr, pierda, así su rival (como fue este caso) realice un excelente partido.
Pero, más allá del cotilleo y la crítica fanática, el dedo en la llaga lo ha puesto Thierry Henry, el mítico jugador francés devenido en entrenador y comentarista, al afirmar: “no se puede defender con 7 jugadores” es decir, si estas tres estrellas no colaboran en la defensa, el equipo no podrá ganar a los grandes.
Tal afirmación no hace sino concretar el concepto del futbol moderno, ese que obliga a todos a cumplir dos y tres roles dentro de la cancha, los cuales pueden variar dependiendo si el equipo gana, pierde, empata, ataca o defiende.
Hoy, la noción de equipo está más vigente que nunca. Todos los jugadores en la cancha deben contribuir en igual medida a conseguir los objetivos principales del futbol moderno: hacer y que no te hagan goles; un equilibrio perfecto entre defensa y ataque.
La tecnología no miente y es un testigo que cada atleta carga perennemente sobre sí: además de las cámaras de video que los siguen, cada uno porta sensores que miden la distancia que recorren en cada partido, número de veces que toca el balón, pases efectivos que realiza, hasta el número de calorías y electrolitos que consume, y así determinar algún cansancio prematuro. En este ambiente hiper-tecnológico el jugador rinde lo que indica el registro.
El problema está en ¡quien los hace defender!. Thomas Tuchel se fue al Chelsea F.C sin lograr que Neymar y Mbappé lo hicieran, y a Pochetinno se le agrega el elemento Messi en esa tarea. Todos los analistas lo exoneran de culpa (a Pochetinno) y aducen: ¿Quién le pone el cascabel a ese gato?
Claro, en cualquier momento una genialidad de Messi, Mbappé o Neymar Jr, puede resolver el partido, y si no les basta con ellos, quizás Di María, Verratti o Marquinhos, puedan colaborar con esa tarea.
Pero, en el nivel competitivo de la Champions, un equipo no puede permitirse depender de una genialidad para trascender y menos con la factura mensual de la nómina del PSG. El analista Alex pareja (@alexparella) lo describe muy bien al preguntarse ¿Qué tipo de estructura defensiva puede sostener que estos tres estén en el ataque? si es que ninguno asume labores defensivas.
El Manchester City jugó un partido que rozó la perfección: lució de muy buena manera: compacto, colaborador, preciso, rápido, inteligente y de excelente forma física. Ganó en remontada, para hacerlo más épico, y sin embargo el titular fue: perdió el PSG. Es que un equipo de esta talla, con quizás el top tres mundial de cada jugador en su posición, no se le permite perder.
Por lo pronto el París Saint Germain clasifica a octavos como segundo de grupo, con 8 puntos producto de dos victorias, dos empates y una derrota y la responsabilidad futura de demostrar (literalmente) lo que valen.