Comunicación

Las 5g: ¿futuro o presente?

La sociedad, tal cual la conocemos hoy, seguirá modificando aceleradamente sus posibilidades y formas de comunicación, estableciendo nuevos órdenes económicos, políticos y sociales.

El impulso dado por el desarrollo de la tecnología aplicada a la transmisión masiva de datos (voz e imagen) impacta a diario en la forma en que los seres humanos nos reconocemos y establecemos los parámetros de opinión que nos garantizan certezas en nuestra naturaleza, es decir, en las formas de generar grupos confiables  soportados en nociones de verdad y futuro.

Si la internet o lo que llamamos tecnología 2.0 nos cambió la vida y nos materializó la realidad virtual, la posibilidad de intercambio y transmisión de datos desde un dispositivo móvil nos inoculó definitivamente el gen que nos da la falsa creencia de haber superado la mortalidad para ser un poco dioses: omnipresentes, poderosos y activos en las grandes decisiones de la humanidad.

Creemos que somos omnipresentes al asumir que nuestros ojos están donde la pantalla del dispositivo nos muestra. Nos asumimos poderosos cuando desde nuestra extensión electrónica podemos realizar operaciones o instrucciones solo (por el momento ya que llegará el tiempo en que sea con nuestro pensamiento) con mover un dedo. Así desde pagos, operaciones financiera, encender un electrodoméstico, colocar música, o, más trascendente aun, realizar intervenciones quirúrgicas a miles de kilómetros de distancia entre el paciente y su cirujano. Y lo más resaltante, para obtener esta capacidad de transmisión y recepción de datos no será necesario el anclaje a una red fija. Sino que se accederá a través de los dispositivos móviles, es decir, no harán falta cables para la conexión.

Las 5 G

La llegada de la tecnología denominada 5g permitirá un salto cuántico en todo este escenario al colocar en las manos de cada ser humano la posibilidad, jamás vista e imaginada, de administrar datos de forma segura, estable y sobretodo rápida, que cambiará la velocidad de cambio de la trama social y sus formas organizativas.

El portal Gmalto establece 8 criterios para definir esta tecnología:

4) Una banda ancha 1000 veces más rápida por unidad de área.

5) Disponibilidad del 99.999%

6) Cobertura del 100%

7) Reducción del 90% en el consumo de energía de la red.

8) Hasta 10 diez años de duración de la batería en los dispositivos IoT (Internet de las Cosas) de baja potencia.

Speed-comparisons-1G-to-5G

El internet de las cosas

La presencia de esta tecnología pone a soñar a los futurólogos, imaginando una vida de interconexión entre el hombre y su hogar u oficina.

El internet de las cosas (Iot, Internet of Thing) es el nombre con que el que se ha denominado a la posibilidad de incorporar intercambio de datos entre el ser humano y todos los artefactos utilitarios de su hogar u oficina e incluso conexión entre los mismos artefactos.

Así, podríamos tener comando para redes de computadoras, sistemas de iluminación, seguridad, cocina, refrigeración, climatización, cocción, conducción, y todo aquello susceptible de que le sean incorporados procesadores de control electrónico, todo ello desde un acceso a la web y, por supuesto, desde dispositivos móviles.

La presencia de esta tecnología permitirá un crecimiento inusitado de hogares y oficinas inteligentes, según cifras del analista Aram Aharonian, “si en el 2014 había unos mil 600 millones de objetos/máquinas conectados, para 2020 se espera que sean unos 20 mil millones…”

Se estima que el tamaño del negocio para este 2019, cuando se habla de que la presencia será experimental e incipiente es de más de 36 mil millones de dólares por suministro de equipos y servicios de tecnología propiamente dicho, y en un futuro se calcula que la cifra rondaría los 12,3 billones de dólares. Eso es mucho dinero y poder.

Pero más allá del IoT este nuevo escenario permitirá el desarrollo de un nuevo entramado laboral, reduciendo considerablemente la necesidad de mano de obra humana en muchas fábricas en incluso del sector terciario y de servicios. Esas grandes salas de telemercadeo sobre las cuales se sustenta buena parte de la economía del ciudadano norteamericano podrían dejar de existir o por lo menos mermar en su capacidad empleadora. Igual temor expresan países altamente industrializados como China, Japón, los integrantes de la  UE y, en general, los países desarrollados.

Pero, el dilema que más preocupa y ocupa a la comunidad mundial tiene que ver con la capacidad, de esta nueva tecnología, de generar datos y, por su puesto, quien tendrá el control de estos datos tendrá el poder.

Los perfiles generados por la interacción humana a los mensajes de Google, Facebook, Instagram y las redes sociales en general, serán ínfimos comprados con la posibilidad que se tendrá con las 5g. Posibilidad que en buena teoría permitirá el desarrollo de estrategias de conocimiento, control y modificación de los patrones de conducta y la opinión (ideológica y de compra) de la población.

La antesala de las guerras virtuales y cibernéticas que vivimos en la actualidad se exacerbará haciendo de los drones (vehículos terrestres y aéreos no tripulados) los protagonistas de los campos de batalla.

No hemos leído nada que apunte a que las 5g permita la consolidación de la plataforma de intercambio de las criptomonedas, o más bien, la creación de un nuevo modelo y mecanismo de pago entre las naciones. Pero, por todo lo anunciado, abonará el terreno para ello.

El futuro tal y como lo preveíamos pareciera del pasado. La velocidad de los acontecimientos hace que las cosas sean viejas cuando aún no las experimentamos.

Te dejamos dos enlaces para conocer más a fondo estos temas, cada uno abordado desde distintas perspectivas y visiones:

Las 5G, La Vigilancia de los Humanos y las cosas. Questión Digital / Autor: Aram Aharonian / 
La Gran Guerra de las 5g, Revista GQ / Autor: Noel Ceballos